Asombrado me he quedado por la manera en que algunas personas rompen las relaciones con sus amigos, y no me ha quedado más remedio que plasmar en este blog la historia que ha llegado a mis oídos a través de un amigo y que me ha hecho descojonarme durante un buen rato.
El instigador de la noticia cuenta que tenía un amigo moro, el cual se había echado una ninfómana por novia. Para el que no lo sepa diré que una ninfómana es una mujer que se folla a todo lo que se mueve y si se puede el mayor número de veces posible al día. No sólo era ninfómana si no que también tenía su punto exhibicionista (posiblemente haya alguna relación entre ambas cosas que los investigadores de "mefolloalacabra" ya tienen sobre la mesa para ponerse a trabajar en su investigación), hasta el punto que la ponía cachonda que los demás la escucharan gritar cuando era penetrada por la polla del moro (o en su caso, quien tuviese más a mano, ya he definido unas líneas más arriba qué era una ninfómana).
Pues bien, a lo que voy. Este amigo cuenta que una noche estaban una serie de colegas en su casa viendod algo por televisión, por supuesto estaba el moro y la novia de éste. ¿Y qué paso? Pues que debido a los gustos exhibicionistas de la pobre chica, no se le ocurre otra cosa que presentarse delante de todos en lencería fina, vamos, que no había que imaginarse nada, que se le veía todo a la desgraciada hija de la gran puta, "bigote Hitler" incluído según la narración del informante. Pues bien, esta amiga del fornicio se sentó al lado de mi amigo con lo cuál provocó un calentón en el mismo que la polla se le debería poner como el mástil de la bandera de Colón. Con semejante empalme no tuvo más remedio que acudir al cuarto de baño a desfogarse para no tener un dolor de huevos durante varios días. Una vez terminado el concierto de zambomba y algo más tranquilo sexualmente hablando, no se le ocurre otra cosa que decirle al moro (el cuál compartía piso con él) que no era normal que su novia se pasease semidesnuda por casa y que no le había quedado más remedio que hacerse una paja pensando en la jamelga. Con lo cuál, entiendo el consiguiente enfado del morito y la posterior ruptura de la relación de amistad que había entre ellos.
¡El único pero que le veo a esta historia, es la pena de que la chica ninfómana no hubiese sido una cabra depilada!